Nomada Studio vuelve a sorprender con Neva, un juego que mezcla de manera equilibrada una narrativa profunda con una jugabilidad que varía entre combates, puzles y plataformas. En este análisis de Neva para Nintendo Switch, desgranamos cómo la evolución de GRIS se ha colocado como uno de los mejores juegos indie para disfrutar en la consola, especialmente en modo portátil.

La vida y la muerte

Nomada Studio ha plasmado en Neva una narrativa sencilla pero cargada de significado profundo. Si GRIS fue una representación de la superación personal, Neva toma ese enfoque y lo lleva hacia la dicotomía de la vida y la muerte, evocando emociones a través de su arte visual y simbología, similar a un lienzo que invita al jugador a explorar sus propios sentimientos sobre la fragilidad de la existencia y el paso del tiempo. La vida surge, avanza, se transforma y, finalmente, vuelve a empezar, creando un ciclo que el juego representa tanto en su narrativa como en su jugabilidad.

El juego comienza con una joven llamada Alba, acompañada por dos lobos: una madre y su cachorro. Sin embargo, su mundo se desmorona cuando una oscura sombra lo invade, acabando con la vida de la madre lobo. Esto deja a Alba y al cachorro solos, sumidos en un mundo en decadencia, enfrentándose a los peligros que les aguardan mientras intentan sobrevivir y luchar en este entorno desolado y sombrío, pero a la vez bello e impactante.

Al igual que en GRIS, Nomada Studio opta por una narración implícita en Neva. A excepción de la voz de la protagonista llamando a Neva, no escucharás más diálogos, permitiendo que el juego hable a través de su atmósfera y su simbolismo visual, profundizando la conexión emocional del jugador con la historia.

Desde una perspectiva más técnica, Neva se percibe más como un videojuego tradicional que GRIS. Los desafíos se presentan de manera clara y concisa desde el comienzo, aportando un mayor grado de dificultad. El impacto visual sigue siendo importante, pero actúa más como un complemento estético que como la base fundamental sobre la que se sustenta la experiencia de juego.

En algunos momentos, Neva puede sentirse como un recorrido por una galería de arte, donde el jugador solo debe deleitarse con imágenes preciosistas. Sin embargo, estos instantes son transitorios y no predominan a lo largo de la experiencia, lo que asegura que la jugabilidad mantenga su dinamismo y no dependa exclusivamente del apartado visual.

Personal, violento y bello

Si jugaste a GRIS, es posible que Neva no te impacte tanto visualmente, ya que ambos comparten un estilo gráfico similar: una estructura de capas que crea un mundo bidimensional basado en formas simples y colores vibrantes.

Aunque puede parecer que hay poca evolución respecto a GRIS, Neva es, en realidad, más complejo visualmente, ofreciendo mayor profundidad en su diseño y detalles que enriquecen la experiencia sin perder su esencia minimalista.

Nintendo Switch se presenta como la plataforma ideal para Neva, especialmente en el modelo OLED, donde el juego brilla en modo portátil. El juego corre a 60 frames por segundo de manera bastante estable, aunque las animaciones de los personajes funcionan a un framerate ligeramente menor. Esto genera una sensación de estar viendo un lienzo en movimiento, mientras que la fluidez general garantiza una respuesta rápida en los controles.

La protagonista de Neva es Alba, pero podríamos decir que los verdaderos protagonistas son los escenarios: estas hermosas ilustraciones, formadas por múltiples capas, se desplazan y transforman para revelar caminos, mecanismos e incluso pistas que te guían en la aventura.

A veces, Alba se ve tan pequeña que resulta difícil identificarla, especialmente en la pantalla de Nintendo Switch en modo portátil. Afortunadamente, no es un juego centrado en la acción, por lo que esto no representa un problema grave en la experiencia general.

Neva es mucho más complejo que GRIS a nivel visual. También más violento, representando a unas criaturas siniestras en entornos lúgubres, jugando magistralmente con la luz y las sombras. Además, emplea colores vivos y llamativos, sorprendiendo al jugador en cada episodio con momentos impactantes que te dejarán con la boca abierta.

Nos ha gustado que la interfaz de Neva sea tan minimalista como el propio juego. No hay distracciones en la pantalla y la vitalidad de Alba se muestra de forma sutil, con un enfoque elegante representado con flores blancas en la parte inferior, y solo cuando se necesita. Los mensajes de guía para el jugador son mínimos, permitiendo que la experiencia fluya sin interrupciones.

Una vez más, Nomada Studio ha logrado crear una banda sonora excepcional para Neva. Las composiciones, tranquilas y profundas, se ajustan perfectamente al tono del juego, potenciando la atmósfera emocional y visual que caracteriza a este juego.

El reflejo del paso del tiempo

Neva es un juego sencillo, pero con una gran variedad en su jugabilidad. Aunque se encuadra dentro del género de plataformas, también incluye elementos de acción, con combates elegantes contra enemigos y jefes, además de secciones de puzles y exploración.

El juego se divide en capítulos, con Neva creciendo gradualmente y otorgando nuevos movimientos y poderes a Alba, tanto en combate como en otros aspectos. A pesar de esto, el juego mantiene su enfoque en la simplicidad. No encontrarás niveles, habilidades o mejoras para Alba, ya que la evolución está cuidadosamente limitada. Esto hace que el juego sea más intuitivo, aunque también reduce su rejugabilidad al tener siempre una experiencia muy similar en tus partidas.

En Neva hay zonas en las que habrá que superar obstáculos para avanzar a modo de plataformas, otras implican mover partes del escenario como si fuera un gran puzle, y también existen combates contra enemigos que aportan variedad a la aventura. Aunque al principio el combate puede parecer simple, solo con las habilidades de atacar y esquivar, su fluidez y dinamismo hacen que sea desafiante y adictivo hasta el final, manteniendo al jugador entretenido durante toda la aventura.

Sorprende la originalidad con la que se han tratado algunos puntos del juego, tomando mecánicas únicas que resultan tan impactantes como divertidas

En cada capítulo, hay áreas ocultas con elementos coleccionables para descubrir, lo que añade un desafío adicional para los jugadores que disfrutan de la exploración. Este extra incentiva a quienes buscan completar el juego al 100%, algo que sí que puede hacerte volver al mundo de Neva.

La aventura de Neva ofrece una duración considerable para un juego indie, con una estimación de entre 4 y 6 horas, dependiendo de la habilidad del jugador. No es un juego fácil, y es común morir y repetir algunos combates. Sin embargo, para aquellos que prefieren centrarse en la narrativa sin preocuparse por la dificultad, existe un modo relajado en el que no se puede morir, permitiendo disfrutar de la experiencia de manera más accesible.

Del arte al videojuego

Neva  consolida la visión artística de Nomada Studio con una narrativa profunda y un enfoque más jugable sin perder su impacto visual.

Aunque comparte similitudes con GRIS en cuanto a su estilo gráfico y simbología, Neva destaca por su mayor complejidad visual, escenarios inmersivos y una historia sobre la vida, la muerte y el paso del tiempo.

La jugabilidad, aunque sencilla, se mantiene dinámica variando entre combates, puzles y exploración. Neva ofrece una experiencia emocionalmente reflexiva que perdurará en el tiempo, apoyada por su magnífica banda sonora y su cuidada estética minimalista.

Resumen del Análisis de Neva para Nintendo Switch