Un RPG precioso por fuera, pero antiguo por dentro: ¿Merece la pena Dragon Quest III HD-2D Remake en Switch?
Análisis de Dragon Quest III HD-2D Remake para Nintendo Switch.
Toda saga tiene capítulos que quedan para el recuerdo. Si nos centramos en el RPG, es imposible no pensar en la séptima entrega de Final Fantasy, o en la octava de Dragon Quest. Pero, si miramos aún más al pasado, con Final Fantasy recién nacido, llegó un Dragon Quest III que supuso todo un punto de inflexión para su franquicia y para el género. La historia que narra el origen de la leyenda de Erdrick está de vuelta 36 años después de su lanzamiento original, y os lo vamos a contar todo sobre su regreso en nuestro análisis de Dragon Quest III HD-2D para Nintendo Switch.
Nacido para ser un héroe
Dragon Quest 3 HD-2D Remake sigue muy de cerca el juego origina. Comienzas con una secuencia en la que defines tu personalidad, pones nombre a tu personaje (o eso crees) y tardas muy poco en entrar en acción. Ciertamente, es uno de los RPG con el arranque más rápido que hayamos visto en mucho tiempo. Tanto, que apenas hay tutoriales y te encuentras rápidamente deambulando y formando tu equipo.
Aquí, el personaje principal es un joven de 16 años que parte en busca de aventuras bajo la sombra de su padre, Ortega, un legendario héroe que desapareció y dejó una gran huella en todo el mundo. El juego deja claro desde pronto que quizá su destino no sea el que se cuenta, como también que tu gran enemigo es Baramos, un ser que amenaza con destruir todo cuanto te rodea. Sí, es una premisa que seguramente te sonará de cientos de RPG. Pero, no podemos olvidar que, en el fondo, este juego tiene más de 30 años.
Es el tradicional viaje del héroe, con una trama que te va llevando de un punto a otro de un mundo bastante familiar, con ciudades como Portoga y otras localidades basadas en localizaciones de la realidad. Un esquema que en ocasiones te hace sentir un poco como recadero, pero que también se guarda alguna que otra sorpresa en la manga.
Sencillo y directo, el argumento no es uno de los puntos fuertes de este título, y se echa en falta un mayor desarrollo de unos personajes que prácticamente están ahí solo para pelear. Afortunadamente, algunos de los lugares que visitas sí ofrecen subhistorias que pueden sorprender y el remake además ahonda en algunos puntos clave del argumento que el juego original omitía, potenciándolo y redondeándolo. Es ese toque extra lo que le da un buen empujón a un aspecto que se ve más reforzado por las pequeñas historias que por el relato global.
El mejor HD-2D de Switch, ¿pero a qué precio?
Decíamos en nuestras impresiones que el estilo HD-2D nos seguía sorprendiendo, y ahora podemos afirmar sin miedo que el remake de Dragon Quest 3 ofrece el mejor HD-2D que hayamos visto en Switch. No importa el lugar que recorras, porque cada escenario luce genial gracias a la combinación de desenfoques, animaciones y una paleta de colores vibrante.
Tiene un apartado gráfico que rinde un claro homenaje al juego original, pero a su vez le da una nueva vida. Los enemigos lucen mejor, tienen más animaciones al igual que los personajes y los ataques más potentes son mucho más espectaculares. Aunque lo que sale mejor parado en todo esto son los escenarios.
Los efectos de luces, las sombras y las combinaciones con los colores a veces dan forma a estampas mágicas en este juego. Muchos de los escenarios son sorprendentes cuando cae la noche, o cuando el sol se está poniendo y se ven los colores del atardecer. El ciclo día-noche le sienta genial a la hora de presumir de aspecto, aunque también saca a relucir una de las peores partes de la versión de Switch.
Y es que los problemas de rendimiento presentes en las primeras horas persisten a lo largo de la aventura. Hay algunas secciones en las que la tasa de fotogramas por segundo cae considerablemente cuando se hace de noche, sobre todo algún que otro pueblo en los que la caída es drástica, hasta el punto de afectar al control del personaje. Es algo que creemos que puede arreglarse, por lo que esperamos que un parche le ponga remedio.
Aun así, también tenemos que destacar el trabajo de doblaje, tan bueno como la excelente localización al castellano al que ya nos tiene acostumbrados esta saga. Leer los acentos de los diferentes pueblos da mucha más credibilidad a este mundo, y también le da un toque más divertido, al igual que los juegos de palabras de los nombres de algunos personajes y enemigos. Y es que, ¿quién va a olvidar al célebre Camarón de la Península?
La música tampoco se queda atrás gracias a las versiones orquestales de este remake. Son impecables y tan épicas como la aventura de nuestro héroe, aunque hemos echado en falta algo más de variedad. Entendemos que el original, de NES, estuviera limitado en ese aspecto, pero es algo que podía haberse potenciado más sin miedo a desvirtuar la obra original.
Una aventura de las de antes
Aunque haya renovado sus gráficos y sonido, o incluso añadido mejoras QoL o los nuevos combates entre monstruos, DQ3 HD-2D Remake sigue siendo un hijo de su tiempo. En todo momento mantiene un nivel de dificultad que pone a prueba incluso al jugador más experimentado. Las mazmorras pueden ser muy laberínticas, los combates no dejan de sucederse y, para cuando llegas al jefe, tu equipo puede estar en las últimas. No en vano, Square Enix ha añadido la posibilidad de elegir dificultad. No podemos imaginarnos cómo será la aventura en la dificultad más elevada.
Hace falta prepararse y formar bien al equipo antes de seguir avanzando cada vez que llegas a una nueva ciudad o pueblo, porque siempre hay desafíos al acecho. De hecho, se vuelve costumbre ir acompañado de féretros camino de la iglesia para revivir a compañeros, o desesperarse con las resurrecciones que fallan. Pero hemos venido a jugar. Esto es Dragon Quest.
Por eso no pilla por sorpresa encontrarse con la incertidumbre de atacar a un grupo de enemigos sin saber a cuál se dañará, la navegación lenta por los menús para gestionar el equipo o el lento ritmo de los combates. Aspectos que quizá podrían haberse cambiado en el remake (la velocidad de combate se puede cambiar al vuelo, eso sí), pero que por otra parte se mantienen para no desvirtuar la esencia del título original.
Nos preocupaba al comienzo que construir un equipo a medida reclutando personajes en posadas diluyera la sensación de formar parte de un grupo de aventureros, y lo cierto es que acaba pasando. Las interacciones entre compañeros son mínimas, ya que se ha sacrificado esa posibilidad a nivel argumental para potenciar, por otra parte, un sistema de Vocaciones y Personalidades que es el aspecto más divertido de este juego.
Cada personaje tiene una Vocación y, llegado cierto punto del juego, esta se puede cambiar por otra. Un cambio que implica volver al nivel 1, manteniendo la mitad de las estadísticas y todos los conjuros y habilidades. Algo a lo que se añade la nueva progresión del personaje y todo lo que aprenda con esta nueva vocación. Ya de por sí es un sistema sólido (revolucionario para la época), pero se vuelve aún más profundo con las personalidades que se pueden cambiar para que desarrollen más o menos determinadas estadísticas. Sí, como las naturalezas en Pokémon.
El resultado que se consigue con esta mecánica es gloria para todo amante del RPG, porque da mil y una posibilidades a la hora de construir un equipo. Puedes tener a un Guerrero letal en combate que además posea habilidades de un bufón y sea de lo más vanidoso, o un Domabestias que sea experto en magia. Hay muchas opciones con las que jugar, hasta el punto de que no existe una build perfecta. ¡Todas pueden servir!
El regreso de una leyenda
Dragon Quest III HD-2D Remake es un juego que hace honor a su nombre. Es extremadamente fiel a la obra original, añadiendo capas que mejoran la experiencia sin cambiar sus bases. Su historia, sus mecánicas y sus personajes siguen ahí, y lo poco que añade es para ampliar lo que ofrecía la obra original, sorprendentemente adelantada a su época.
Esto pone de manifiesto ciertas carencias a nivel de ritmo y accesibilidad con respecto a los tiempos que corren, aunque es algo que podría romper por otra parte con aquello que hacía especial al juego original. Por eso, dejando a un lado algunos problemas de rendimiento en Switch, no podemos hacer más que recomendarlo.
Si te gusta el RPG, Dragon Quest III HD-2D Remake es la mejor forma de descubrir la leyenda de Erdrick.
Resumen del análisis de Dragon Quest III HD-2D Remake
Dragon Quest III HD-2D Remake
- Un apartado audiovisual que enamora.
- El sistema de compañeros y vocaciones tiene infinidad de posibilidades.
- Las mejoras QoL son más que bienvenidas.
- Una duración perfecta para un RPG.
- Problemas de rendimiento sobre todo en las noches.
- Se echan en falta unos compañeros que sirvan para más que pelear.
- Algunas mejoras de calidad de vida más no habrían venido mal.