Una sola Poké Ball podría destruir toda España si existiera en la realidad
Tiembla, Oppenheimer.

Si hay un elemento característico en Pokémon, ese sin duda es la Poké Ball. Este pequeño objeto es vital para los entrenadores, ya que es la herramienta con la que pueden capturar a los monstruos de bolsillo, sin importar su tamaño o su peso. No importa cómo sea el Pokémon, ni siquiera si es una divinidad o un ser alienígena: la bola lo mantiene en su interior. ¿Podría existir algo así en la realidad? De existir en el mundo real, una Poké Ball podría ser una auténtica arma de destrucción masiva.
E = mc2. Según esta fórmula, la energía inherente a un cuerpo es igual a multiplicar su masa por la velocidad de la luz al cuadrado. Esto es algo que asentó numerosas bases de la física moderna y que explica la relación entre masa y energía, explicando también qué ocurre con la energía que se libera cuando se descompone matería.
¿A qué viene esto? Cuando una Poké Ball contiene a un Pokémon en su interior, lo convierte en energía pura, en un haz de luz que almacena dentro. Si el mecanismo de la Poké Ball se descontrolara, esa conversión de materia a energía podría desbocarse siguiendo la fórmula que explicamos más arriba. ¿Sería peligroso? Pues, teniendo en cuenta que existen Pokémon que pesan 999 kg, como Cosmoem. La energía que este pequeño gigante generaría es de 8,99 x 10 elevado a 19 Julios, lo que equivale a 21480549,5 Kilotones.
Poké Ball: más peligrosa que la Bomba del Zar
Una cantidad que, para hablar en términos que quizá os resulten más familiares, equivale a 21.480 Megatones. Para que os hagáis una idea, la explosión más fuerte causada por un ser humano hasta la fecha ha sido la generada por la Bomba del Zar, una bomba de hidrógeno de 50 Megatones que causó una bola de fuego de 2,3 kilómetros de diámetro con una onda expansiva capaz de destruir edificios y causar bajas en más de 28 kilómetros a la redonda.
Si algo así explotara en la superficie de Madrid, los efectos llegarían cerca de Poitiers en Francia, sobrepasando Montpellier y Limoges. Solo la bola de fuego de esta explosión tendría un radio de alcance de 67,89 km, sobrepasaría Guadalajara y rozaría Toledo, asolando toda España con su onda expansiva. Y eso pasaría con la energía liberada de un Cosmoem en una Poké Ball, que es el Pokémon más pesado.
¿Qué pasaría con un Pikachu? La radiación térmica trazaría un radio de 68,78 km a la redonda, con una bola de fuego de casi 9 km.
Las Poké Ball sí pueden ser armas de destrucción masiva. Aunque, afortunadamente, nunca se harán realidad y no correremos ese peligro. ¿No?