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Hemos podido probar la aventura más retorcida de Pac-Man, y nos ha sorprendido: Impresiones de Shadow Labyrinth
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Hemos podido probar la aventura más retorcida de Pac-Man, y nos ha sorprendido: Impresiones de Shadow Labyrinth

Un Metroidvania que retuerce a Pac-Man de una forma sorprendente.

Impresiones Shadow Labyrinth

Pac-Man ha cumplido 45 años, ¿y qué mejor forma de hacerlo que con un spinoff totalmente oscuro y retorcido? Cuando vimos por primera vez su nuevo juegos, pensábamos que estaba pasando por una crisis de los 40 bastante dura; pero Bandai Namco nos ha permitido jugar una amplia sección de Shadow Labyrinth y nos ha sorprendido. El nuevo juego de este personaje es toda una sorpresa no solo por propuesta, sino también por desafío, mecánicas y profundidad. ¿Quieres saber más? Pues sigue leyendo nuestras impresiones de Shadow Labyrinth.

Este Pac-Man está muy raro

Lo primero que Bandai Namco dejó claro la primera vez que vimos Shadow Labyrinth es que ni esto es un Pac-Man ni se juega como tal. Shadow Labyrinth es un Metroidvania, de hecho uno de lo más laberíntico. Aquí controlas al Espadachín Número 8, un alma envuelta en una túnica que ha sido llevada a un siniestro mundo tras ser invocada por Puck, una robótica bola amarilla muy, pero que muy parecida al Pac-Man que todos conocemos.

Tu misión aquí es ayudar a Puck a hacer algo que todavía desconocemos, aunque lo poco que hemos podido jugar nos invita a pensar que quizá su plan no es tan bueno como parece (si habéis visto Secret Level, entenderéis con más razón por qué lo decimos). Pero es pronto para sacar conclusiones, ya que las secciones que jugamos no ahondaban mucho en la trama del juego.

Sí nos sirvieron para ver un poco la estructura del mundo y, por supuesto, el tipo de desafíos que nos esperan. En unas pocas horas, pudimos recorrer un pueblo habitado por los Bosconianos, una raza con la que pudimos charlar, interactuar y hasta comerciar para comprar algunas mejoras para nuestro personaje, o rumores para saber hacia dónde ir.

¿Mejoras? Sí, mejoras. Como buen Metroidvania, no faltan tintes de RPG en este juego. Nuestro Espadachín puede equiparse diferentes habilidades que modifican sus estadísticas, permitiéndole tener más vitalidad, hacer más daño o incluso recoger más Oras (moneda) al acabar con enemigos. No hemos podido experimentar mucho con esta mecánica, pero sí que vimos cerca de una decena de “perks” con muchas posibilidades para moldear al personaje a nuestro gusto en cuanto a estilo de juego.

Luchando en un mundo sorprendentemente oscuro

Si hay progresión, hay combate, y el de Shadow Labyrinth es uno de sus aspectos más importantes. Se apoya en un sistema de combos muy básico, pero donde exige es en la gestión de la barra ESP (que se consume al hacer esquivas o al usar habilidades ESP), en las defensas y los parries. Si esquivas demasiado tardas poco en agotar esta barra y quedas totalmente invulnerable. Y eso, cuando hay más de cinco enemigos en pantalla yendo a por ti, es sinónimo de muerte.

Luego está el sistema de parries y defensas. Ambos se activan con el mismo botón, pero puedes equiparte un escudo de energía menos exigente o un parry a la vieja usanza que requiere mejores reflejos, y te recompensa paralizando temporalmente al enemigo. Es un sistema fácil de asimilar y que nos hizo optar principalmente por el escudo, pero para el que también conviene tener claro que, cuando un enemigo ataca, si emite un flash rojo, puedes contraatacar; si emite un flash azul, será mejor que esquives.

Hablando de enemigos, encontramos una variedad bastante interesante con jerarquías claras en las secciones que jugamos, y sus diseños también estaban muy en la línea de la atmósfera siniestra que baña a este juego. El estilo general no nos termina de convencer, ya que los acabados y algunas animaciones nos recuerdan a los primeros juegos 2D en HD de hace más de una década; pero también agradecemos que hayan optado por algo así. Hace que se desmarque de la tónica habitual de los Metroidvanias actuales.

Un laberinto mucho más duro y siniestro

Si algo nos ha quedado muy claro es que Shadow Labyrinth hace honor a su nombre. Las secciones que hemos recorrido son bastante laberínticas, repletas de lugares que invitan a pensar un poco antes de seguir avanzando y, en ocasiones, desandar tus pasos para buscar otra ruta. Los puzles ambientales han sido bastante habituales, aunque el grueso de nuestra prueba transcurrió en una Base Fronteriza pensada para mostrarnos tres elementos clave del juego.

El primero, los ya citados puzles ambientales, moviendo unas esferas necesarias para romper unos pequeños muros que nos impedían pasar; el segundo, las batallas, bajando con un ascensor que, planta a planta, nos iba complicando las cosas con diferentes tipos de enemigos; el tercero, el plataformeo al estilo Pac-Man, controlando a Puck por unos raíles mientras esquivábamos sierras circulares y rayos saltando y atacando.

Fueron secciones suficientes para dejarnos algo muy claro: Shadow Labyrinth no es un juego fácil. Morimos en más de una ocasión por la dificultad de las secciones de plataformas y la exigencia de los combates. Dominar los tiempos al esquivar y hacer parries es muy importante, y lo aprendimos a las malas entre enemigos a corta y larga distancia que nos machacaban. Por suerte, la forma GAIA, que te convierte en un robot similar a un EVA por tiempo limitado, te da la inmunidad y fuerza necesarias para salir airoso de más de un aprieto imposible.

Estas muertes nos hicieron darnos cuenta de que el sistema de puntos de control y guardado puede ser un poco confuso cuando mueres, y de que necesitas familiarizarte con el mapa cuanto antes. Controlar tu ubicación es fundamental para no perderte, pero también para no renacer donde no debes. Algo a lo que quizá no ayuda mucho la gran cantidad de iconos que se pueden acumular en el mapa, aunque se pueden desactivar con solo pulsar un botón.

Esta odisea no es un paseo

La dificultad de Shadow Labyrinth es uno de los aspectos que más nos ha sorprendido, junto con su sombrío diseño artístico. Aunque hay cierta influencia del control en este aspecto. El movimiento del Espadachín 8 no es tan preciso como nos gustaría, y esto en las secciones de plataformeo (sobre todo cuando hay rayos que te hacen volver a empezar una sección entera) puede ser bastante frustrante hasta que te acostumbras.

Pero luego están los combates contra los jefes, y ahí nos hemos llevado una grata sorpresa porque son desafiantes, sí, pero no injustos. Tuvimos la oportunidad de combatir contra la reinterpretación del fantasma “Pinky” de este juego y, aunque necesitamos varios intentos, la sensación fue muy satisfactoria. El combate cambiaba cada poco tiempo. introduciendo varias mecánicas y acelerando el ritmo, pero con unos ataques perfectamente telegrafiados gracias a un lenguaje visual sorprendentemente claro. Era un caos, pero uno que podías leerlo todo casi de forma instintiva.

También tuvimos la oportunidad de combatir contra otro jefe que hace cierto homenaje a Splatterhouse. Una criatura bastante desagradable, pero que nos resultó mucho más fácil al disponer de un mayor abanico de habilidades ESP y un personaje con muchas mejores características. Divertido también, y más enfocado a gestionar los parries y las habilidades.

Una aventura totalmente inesperada

Nos sorprendió su presentación, nos sorprendió de dónde viene y nos ha sorprendido aún más al jugarlo. Shadow Labyrinth puede no tener el mejor control del mundo, pero el diseño de su mapeado y sus combates contra jefes son inesperadamente buenos. Nos hemos perdido, hemos explorado, hemos sudado lo nuestro para superar sus desafíos y hasta hemos celebrado nuestras victorias contra sus enemigos.

Es posible que Shadow Labyrinth no sea especialmente atractivo a simple vista, pero, si mantiene el nivel de lo que hemos probado, tiene madera para mirar de tú a tú a los grandes del género Metroidvania. Veremos si, una vez le hinquemos el diente al resto, el control deja de ser uno de nuestros enemigos, porque todo lo demás en este este laberinto brilla de forma bastante prometedora.

Redactado por:

administrator de Nintendúo
Redactor jefe de Nintendúo. Junto letras y observo a Google mientras como champiñones para estar siempre a la última sobre Nintendo.
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