Análisis de Kirby Air Riders para Nintendo Switch 2
La Estrella Remolque arranca con más fuerza que nunca.

Kirby Air Riders llega a Nintendo Switch 2 con la difícil misión de reinventar uno de los proyectos más peculiares de Masahiro Sakurai. Han pasado más de veinte años desde Kirby Air Ride, pero su espíritu sigue vivo en esta nueva entrega que apuesta por recuperar su esencia, ampliarla y adaptarla al presente de la consola. Y lo hace en un momento clave: Nintendo Switch 2 acaba de abrir su etapa con títulos potentes y exclusivos que marcan el rumbo de la generación, y Kirby quiere sumar su propio golpe sobre la mesa.
Ya nos hemos subido a cientos de naves y en este análisis de Kirby Air Riders para Nintendo Switch 2 repasamos qué aporta realmente este proyecto al futuro de la consola: cómo encaja dentro de la visión de Sakurai, qué novedades introduce frente al original y hasta qué punto se siente como uno de esos juegos a los que no debes quitarle el ojo de encima. Porque entre los juegos actuales de Switch 2 y lo que se viene en los próximos años, está claro que Nintendo busca construir una identidad muy marcada… y Kirby, una vez más, quiere ser protagonista. ¿Lo conseguirá? Aquí te lo contamos.
Un juego de Masahiro Sakurai
Lo primero que hay que dejar claro es que Kirby Air Riders no nace de la nada: bebe directamente de Kirby Air Ride, el clásico de GameCube lanzado en 2003, y esto se nota en cada rincón del proyecto. Podríamos decir que lo nuevo es casi un remake, sí, pero uno de esos remakes que no se conforman con repetir la fórmula: expande, pule y adapta absolutamente todo a los tiempos de hoy, hasta el punto de sentirse como una reinterpretación completa del concepto original.
Y ojo, porque no te puedes fiar para nada de su aspecto colorido y adorable. Esto no es un juego de carreras al uso, no es un “Mario Kart con Kirby”, ni muchísimo menos. La experiencia va por otro lado, y si hay que buscar una comparación realista, se acerca muchísimo más a un cruce entre Super Smash Bros. y un juego de vehículos… pero sin carreras en el sentido tradicional. Aquí no importa seguir un circuito, sino leer al rival, aprovechar habilidades y usar el movimiento como una extensión del combate. Es una mezcla rara, sí, pero tremendamente fresca.

La historia también se sale de lo típico dentro de la saga. Todo parte de Zorah, una nave extraterrestre que aterriza en Popstar y queda atrapada durante muchísimo tiempo. Después de esperar siglos, su único deseo es volver a correr, y ese deseo es escuchado por la Fuente de los Deseos, que lo concede… pero provocando el caos. Montones de naves comienzan a aparecer por todo el universo de Kirby buscando a sus pilotos legítimos, lo que desencadena una aventura que sorprende por cómo encaja con el estilo de la saga.
De hecho, hay muchas similitudes con la narrativa de Super Smash Bros. Ultimate: ese tono cósmico y misterioso que ya se ha hecho clásico en los juegos de Masahiro Sakurai. No es una historia profunda, no esperes nada revolucionario, pero la verdad es que nos ha parecido un viaje entretenido y muy en sintonía con el espíritu de Kirby.

Al final, lo que intenta hacer Kirby Air Riders es dar protagonismo absoluto a todo el universo de Kirby, permitiendo seleccionar a muchísimos personajes como pilotos y creando un pequeño ecosistema propio, con reglas y personalidad únicas dentro de la franquicia. Se siente como un micro-universo dentro de Popstar, lleno de cariño, detalles y ese toque tan especial que hace que cada juego de Kirby tenga vida propia.
El alocado mundo de Kirby
La decisión de lanzar Kirby Air Riders exclusivamente en Nintendo Switch 2 nos hizo pensar que veríamos un salto gráfico importante respecto a los juegos de Kirby de Nintendo Switch, pero la realidad es un poco distinta. La resolución es muy alta y el juego se mantiene en 60 FPS estables, sí, pero esto se consigue gracias a un estilo visual muy contenido, con efectos simples y un enfoque claramente orientado al rendimiento.
El resultado es un juego bonito, colorido y llamativo, pero también sorprendentemente sencillo en su acabado, priorizando siempre la fluidez para potenciar la sensación de velocidad, como ocurre en las entregas más rápidas de Sonic. Esa apuesta por la velocidad funciona: el jugador siente constantemente ese efecto “wow” al avanzar a toda pastilla.

Visualmente, lo que más llama la atención es que Masahiro Sakurai ha impregnado todo el juego con un estilo muy cercano a Super Smash Bros. Ultimate. Menús, tipografías, efectos visuales, marcadores, animaciones… prácticamente todo recuerda al estilo que ya vimos en Smash, hasta el punto de que la propia pantalla de título es casi idéntica.
No queda mal, pero sí provoca la sensación de que el juego tiene más la personalidad de Sakurai que de Kirby, sobre todo teniendo en cuenta que aquí aparecen muchísimos personajes que no relacionas de forma tan clara con la saga. A nivel visual, se siente más un “juego de Sakurai” que un “juego de Kirby”, lo cual gustará a algunos y chocará a otros.

El diseño de las pistas nos han gustado bastante porque, aunque mantienen esa simplicidad general, usan trucos visuales y efectos explosivos muy bien integrados que lucen genial al pasar a toda velocidad. Además, hay varios diseños rescatados del Kirby Air Ride original de GameCube, especialmente los power-ups de las naves, que aquí regresan en alta definición con un resultado brillante tanto en el modo historia como en Pruebas Urbanas (la clásica City Trial). La ciudad de este modo se ha rehecho por completo desde cero: el diseño es esencialmente el mismo, con esa simplicidad tan característica, pero funciona. Si vienes del original, quizá te parezca demasiado familiar, pero una vez te acostumbras al estilo visual, nada desentona.
En el apartado sonoro sí que hay más sorpresas. La banda sonora mezcla nuevas composiciones con temas clásicos de Kirby rehechos para la ocasión, y queda fenomenal. Incluso incluye algunas canciones con voz y letra, una tendencia que Nintendo ha ido probando en sus lanzamientos más potentes últimamente. El tema principal quizá no sea tan memorable como el de Donkey Kong Bananza o Super Mario Odyssey, pero cumple de sobra y ayuda a darle identidad al juego.

Por cierto, el narrador del juego está doblado al español y a otros idiomas, pero la voz en nuestro idioma no suena del todo bien: elegida con un timbre extraño y mezclada con una calidad que deja la sensación de estar “cerrada”, como si estuviera comprimida. Es algo que no ocurre en otras localizaciones, así que si no os convence cómo suena en castellano, siempre podéis cambiar el idioma para escuchar otra versión.
Mucho más que carreras
Si antes decíamos que Kirby Air Riders no se parece en nada a Mario Kart, aquí es donde más se nota. No estamos ante un juego de carreras al uso, sino ante un arcade con todas las letras, donde pilotar naves es solo la base de un sistema jugable mucho más profundo y estratégico de lo que parece.
Para empezar, no puedes acelerar. La velocidad es automática, y eso cambia por completo la manera de jugar. Aquí la clave está en dominar el derrape: cada nave derrapa de forma distinta, acumula impulso a su manera y te obliga a moverte estratégicamente sobre cada pista. Es un sistema sencillo de entender, pero extremadamente adictivo cuando empiezas a notar las diferencias entre vehículos.

A eso se suma algo esencial: la interacción con otros jugadores o con la CPU. Aquí no solo corres, sino que atacas, esquivas, embistes y buscas cualquier oportunidad para golpear al rival. Los power-ups cumplen su función de dar variedad a la ofensiva: son los clásicos dentro del universo Kirby, nada especialmente sorprendente, pero sí son divertidos de usar en medio del caos. También puedes girar la nave para golpear directamente, lo que añade ese toque de riesgo/recompensa tan típico de Sakurai.
Toda esta mezcla sirve para dar vida a los distintos modos principales. Por un lado están las carreras clásicas, directas y rápidas; y por otro, carreras con vista cenital, que parecen un juguete corriendo sobre una pista de escritorio, muy curiosas visualmente. Pero el modo estrella vuelve a ser Pruebas Urbanas, heredado del Kirby Air Ride de GameCube y, sin duda, nuestro favorito.
En Pruebas Urbanas tienes un tiempo limitado dentro de una ciudad para recolectar objetos, mejorar tu nave, cambiar de vehículo o incluso bajarte del tuyo y explorar a pie. Cuando el tiempo se agota, empieza una prueba aleatoria: saltar lo más lejos posible, derrotar enemigos, competir por puntos pasando por anillos… Es muy divertido en solitario, pero brilla muchísimo más en multijugador, donde el caos se multiplica con hasta 16 jugadores simultáneamente

La gran novedad de esta entrega es el modo historia, llamado Escapada, que en realidad funciona como un roguelike de unas dos horas por partida. Aquí recorres diferentes rutas, luchas contra jefes, eliges mejoras y decides el camino que quiere tomar tu personaje. Cada partida es distinta, y aunque es un modo corto, su rejugabilidad es alta gracias a la variedad de rutas y desbloqueos.
Como buen juego de Kirby, es muy accesible para cualquiera, incluso para jugadores sin experiencia previa. Pero también incluye modos de dificultad extrema, mucho más duros que lo habitual en Nintendo, que pueden poner a prueba incluso a los jugadores más veteranos.
La batalla de los pilotos de naves
Gran parte de la magia de los juegos de Sakurai siempre ha estado en compartir la experiencia con otras personas, y Kirby Air Riders no es la excepción. Aunque el título original de GameCube solo podía disfrutarse en modo local, la tecnología actual ha permitido que esta nueva entrega dé el salto definitivo al juego online, ampliando muchísimo sus posibilidades.
Ahora es posible jugar en internet con hasta 16 jugadores en Pruebas Urbanas, además de competir en los modos de carreras tradicionales. Sigue siendo cierto que jugar en la misma habitación tiene una chispa especial que no se puede replicar online, pero para quienes prefieran disfrutar del juego en solitario, las partidas online y el sistema de logros, que son un montón, alargan muchísimo la vida útil del juego, incluso más que en el título original.

Este aspecto social se refuerza todavía más con el nuevo carnet de piloto, una especie de tarjeta de identidad que puedes personalizar y mejorar compitiendo online. Funciona de forma muy parecida a los modos “Por diversión” y “En serio” de Super Smash Bros., permitiendo subir tu nivel de piloto dependiendo de cómo juegues y del modo que elijas. A esto se suma un mercado de naves personalizadas, donde los modelos base están predefinidos, pero puedes decorarlos con diseños, símbolos y elementos extra. Después puedes poner tus diseños a la venta en un pequeño mercadillo para que otros jugadores los adquieran, ganando recompensas que a su vez sirven para desbloquear aún más contenido.
Kirby Air Riders expande lo que era su esencia y lo adapta a un plano mucho más social y conectado. El enfoque es moderno, encaja bien con la filosofía de Nintendo y nos ha gustado cómo se ha integrado en el conjunto. Al final dependerá de cada jugador cuánto quiera involucrarse y hasta dónde quiera llevar su comunidad, pero las herramientas están ahí para quien quiera exprimirlas.

El regalo de Sakurai para Kirby
Kirby Air Riders es uno de esos juegos que demuestra, sin necesidad de gritarlo, que la saga Kirby todavía tiene muchísimo que ofrecer. No intenta competir con Mario Kart, ni falta que le hace: apuesta por un concepto propio, más cercano al ADN de Sakurai y a esa mezcla tan suya de acción, caos y precisión. Es una reinterpretación total de Kirby Air Ride, un homenaje que respeta el original pero que también se atreve a explorar nuevas ideas, modos y mecánicas que lo convierten en algo fresco incluso para quienes exprimieron el juego de GameCube hace más de veinte años.
En lo jugable es donde de verdad brilla. Su sistema de derrapes, los modos variados, el modo historia tipo roguelike y, sobre todo, las Pruebas Urbanas, siguen siendo el corazón del proyecto y el lugar donde todo cobra sentido. Puede que visualmente no sea el salto que algunos esperaban en Nintendo Switch 2, y que su estilo recuerde más a Super Smash Bros Ultimate que a un Kirby tradicional, pero la fluidez, el ritmo y la sensación de velocidad hacen que cada partida se sienta espectacular.
Resumen del análisis de Kirby Air Riders para Nintendo Switch 2
Kirby Air Riders
Aspectos positivos
- Revive el concepto original de Air Ride y lo alza a su máximo exponente.
- Frenetismo que engancha, ya sea en combates o carreras.
- Montones de desafíos y contenidos desbloqueables.
- El modo multijugador de Pruebas Urbanas es brillante. Más con su modo online.
Aspectos negativos
- Tiene un concepto difícil de asimilar y puede hacer que no encaje con gran parte de jugadores.
- Aunque técnicamente es muy sólido, se queda un tanto anticuado para las capacidades gráficas de Nintendo Switch 2.

