Por fin puedes tener Minabo en tus manos y en formato portátil con su llegada a Nintendo Switch. Una experiencia diferente creada por el estudio español Devilish Games que propone reflexionar sobre la vida… utilizando como vía a un nabo antropomórfico. Ya hemos jugado esta locura y os contamos las cosas buenas y malas que puede darte Minabo para Nintendo Switch en su análisis.

Como la vida misma

Minabo puede parecer una broma. Tras un divertido nombre se esconde un proyecto que poco tiene de gracioso y que invita a reflexionar sobre la vida y las relaciones sociales.

Podríamos enmarcarlo dentro del género de las aventuras gráficas, tomando el papel de un nabo que nace y desarrolla su vida a velocidad de vértigo, creando vínculos con otros nabos hasta terminar muriendo. No existe una historia como tal en Minabo pero es un reflejo de la vida misma a la que, a veces, cuesta encontrarle sentido.

Es un juego raro, no vamos a engañaros. Muy especial por la experiencia que propone y al que muchos jugadores no le encontrarán sentido. Quizá sea porque no invita a vivir una aventura o superar desafíos como en otros videojuegos tradicionales. Minabo se encarga de darte lo que otros no te dan: reflexión y relajación.

Minabo hecho a mano

Devilish Games es el estudio español tras el desarrollo de Minabo. No han tenido un presupuesto desorbitado para crear este juego y parece que se han centrado en diseñar un estilo artístico propio y diferente.

Intenta imitar un dibujo hecho a mano con representación en dos dimensiones y varias capas de profundidad. Un aspecto que nos ha recordado, en bastantes ocasiones, al de Yoshi’s Island para Super Nintendo.

Tras un pequeño análisis técnico, hemos que visto que Minabo en Nintendo Switch corre a 30 imágenes por segundo muy estables. No es un juego exigente, así que no esperábamos menos y nos parece simplemente correcto.

Hay ocasiones en las que se juntan muchos nabos y elementos móviles en pantalla, y aun así no hemos notado ningún problema técnico, más allá de pequeños bugs puntuales.

El diseño de los nabos es siempre muy similar, pudiendo decorarlos con gorritos para hacerlos más divertidos y añadir una pequeña capa de profundidad jugable.

Lo que no nos ha terminado de convencer ha sido la música, que no encaja del todo con la experiencia tranquila y relajante que esperábamos del juego, sacándonos de su atmósfera reflexiva.

Reflexionando con Minabo

Cuando decíamos que Minabo es un juego raro, podríamos traducirlo en que no es para todo el mundo. Al igual que ha ocurrido con juegos como Cereza and the Lost Demon, en Minabo la clave jugable es dar un paseo y ver cómo cambia nuestro nabo a lo largo de su vida.

Desde que nace y da sus primeros pasos, tendremos que cuidar de él y sus relaciones sociales, a fin de que tenga una vida larga y satisfactoria. No habrá que darle de comer; no se trata de un juego como Los Sims, pero sí tendremos que trabajar los vínculos con otros nabos para “alimentar” sus necesidades sociales.

Estas están representadas como barras que rellenaremos al establecer contacto con otros nabos, y dependiendo del tipo de interacción bajarán o subirán dependiendo de probabilidades de éxito o fracaso.

Es un sistema de juego sencillo y que tiene unas posibilidades bastante limitadas, aunque tendremos prendas especiales, acumulables entre partidas, para vestir a nuestro nabo y potenciar algunas habilidades.

El modo principal se basa en misiones que nuestro nabo debe cumplir: llegar a los 60 años, tener mejores amigos o tener hijos son algunas de ellas, y te hace plantearte qué más puedes esperar de la vida.

Al final de cada recorrido se hace un pequeño resumen de la vida de tu nabo, dejándote a ti la decisión de si lo has hecho bien o mal.

Como veis, el concepto de Minabo es potente, pero creemos que le falta bastante profundidad jugable para hacerse más diverso y variado.

Un nabo muy social

Con Minabo podrás pasártelo bien, pero tienes que tener en cuenta que no es un juego para todo el mundo ni con un largo recorrido. A las pocas partidas puede aburrirte si no te motiva conseguir nuevos sombreros o descubrir las variaciones vitales que ofrece.

Al final, la conclusión a la que llegas desde los primeros momentos es encontrar el equilibrio entre lo que te ofrecen las relaciones sociales, y lo que les ofreces tú a ellas. Cuantos más vínculos crees, más relaciones tendrás que cuidar y puedes desatender a tu nabo, por lo que deberás decidir, en cada partida, qué tipo de vida te gustaría llevar.

Minabo es una curiosidad en el catálogo de Nintendo Switch, que muestra un divertido juego de palabras por fuera y un potente concepto de juego en el que no penetra demasiado.

Si te ha gustado el análisis de Minabo para Nintendo Switch no olvides pasarte por el top completo de la consola en La Lista.

Análisis de Minabo para Nintendo Switch