Impresiones Finales de Donkey Kong Bananza para Nintendo Switch 2
Donkey Kong nació para romper con todo.

Después de tantos años sin una entrega completamente nueva protagonizada por el icónico gorila, Nintendo regresa por la puerta grande con Donkey Kong Bananza, un ambicioso juego de plataformas 3D que promete revolucionar tanto la saga como el propio género. Con nuevas mecánicas de destrucción del entorno, transformaciones increíbles y un mundo abierto cargado de secretos, hemos podido probar a fondo esta propuesta única y te contamos nuestras primeras impresiones. ¿Está Donkey Kong preparado para volver a conquistarnos y romper todos los esquemas? ¡Te lo contamos a continuación!
Video Impresiones de Donkey Kong Bananza para Nintendo Switch 2
Un plataformas diferente
Donkey Kong Bananza da un salto inesperado y atrevido al llevar la esencia de los clásicos juegos de plataformas en 2D del famoso gorila al entorno tridimensional. Eso sí, preparaos porque la sensación inicial puede resultar algo chocante. El control se percibe bastante más tosco que en los gráciles movimientos a los que nos ha acostumbrado Super Mario. Sin embargo, este detalle no parece un fallo accidental, sino una decisión muy consciente del equipo de desarrollo para trasladar a las 3 dimensiones las sensaciones originales de los juegos clásicos de Donkey Kong, que siempre tuvieron un control con cierto peso y dureza.
Y aunque pueda parecer raro al principio, el movimiento del personaje termina sintiéndose muy natural. Donkey Kong se desplaza con soltura por los escenarios, escalando con agilidad, trepando paredes y, sobre todo, rompiendo absolutamente todo lo que se interpone en su camino. Precisamente esa es la clave diferencial: aquí no solo saltas y corres; destrozas el suelo, revientas paredes y atraviesas obstáculos como nunca antes se había visto en un juego de plataformas 3D de Nintendo. Esta capacidad destructiva ofrece una libertad nunca vista hasta ahora, creando un estilo de juego totalmente nuevo que no se parece en nada a lo que hemos visto anteriormente.
Pero ojo, esta revolucionaria propuesta tiene también su contrapartida: al ser escenarios tan destructibles, cuesta mucho familiarizarse con ellos. Cuando comienzas a reconocer una estructura, una montaña o un rincón específico, luego lo destruyes. A esto se suma un estilo visual algo peculiar, con una paleta de colores más apagada y tibia respecto a los juegos tradicionales de Mario, lo que puede complicar aún más conectar emocionalmente con los entornos.
Que las bananas no te distraigan
Donkey Kong Bananza sigue un esquema que inevitablemente te recordará a Super Mario Odyssey. El juego te sitúa en un mundo abierto de tamaño considerable, en el que tendrás que explorar para alcanzar objetivos principales, marcados y relacionados con el desarrollo de la historia. Al mismo tiempo, deberás descubrir secretos, coleccionar objetos y, sobre todo, recuperar bananas gigantes escondidas o desbloqueadas al completar ciertas tareas específicas. Este diseño hace que la aventura sea increíblemente entretenida, ya que, aunque tengas un objetivo claro en mente, tanto el entorno como los personajes te invitan constantemente a distraerte y explorar más allá del camino a seguir.
Esta fórmula ya se había probado con éxito anteriormente en juegos como The Legend of Zelda: Breath of the Wild, pero creemos que en Donkey Kong Bananza alcanza un nivel diferente gracias a la posibilidad de destruir el escenario. La capacidad destructiva rompe completamente la linealidad típica de los plataformas 3D, ofreciendo una experiencia aún más abierta e imprevisible.
Nuestras primeras impresiones nos indican que conseguir bananas gigantes tiene una dificultad bastante variable. Muchas se encuentran relativamente visibles y accesibles, aunque hay excepciones donde la tarea se complica considerablemente y requerirá exploración detallada o acciones específicas para desbloquearlas.
Pero la gran novedad son los poderes especiales de Donkey Kong, conocidos como “Bananzas”. Se trata de transformaciones que permiten al gorila convertirse en diferentes animales gigantes, cada uno con habilidades únicas. Durante nuestra prueba, pudimos experimentar con dos de estas transformaciones: una que convierte a Donkey Kong en un gorila gigante aún más fuerte, capaz de romper todo con mayor rapidez y acceder a nuevas áreas; y otra que lo transforma en un avestruz gigante, dándole la capacidad de planear brevemente y lanzar huevos desde el aire. Aunque estas transformaciones no son imprescindibles todo el tiempo, sí son claves en ciertas misiones específicas y en situaciones en las que acceder a lugares aparentemente inalcanzables de otra forma. Esto potencia aún más la sensación de libertad y rompe con la linealidad habitual del género.
Pauline + DK: Un combo explosivo
La exploración es el pilar fundamental de Donkey Kong Bananza. Se trata de un juego que, al igual que Super Mario Odyssey, está claramente orientado al modo para un jugador. Sin embargo, Nintendo ha decidido añadir una alternativa para disfrutarlo en cooperativo: un segundo jugador puede controlar a Pauline, que va subida sobre Donkey Kong y es capaz de lanzar diferentes materiales al escenario con un puntero, facilitando un montón la destrucción del entorno.
Aunque en general Donkey Kong Bananza tiene un buen nivel de dificultad en el modo individual, la incorporación de Pauline cambia completamente las reglas del juego. Gracias a sus habilidades para lanzar objetos al escenario y atacar enemigos desde la distancia, la experiencia en cooperativo se vuelve mucho más sencilla. De hecho, incluso las batallas contra jefes, que originalmente presentan un buen reto, se simplifican muchísimo.
Esto nos lleva a diferenciar claramente dos experiencias distintas: el modo individual, que presenta una dificultad más elevada y fomenta la exploración y la maestría del control; y el modo cooperativo, más accesible, desenfadado y perfecto para jugadores más jóvenes o menos experimentados.
Aun así, no hay que confundirse: dominar los movimientos de Donkey Kong no es tarea sencilla. El sistema de control es considerablemente más complejo que el de Super Mario Odyssey, requiriendo el uso de más botones y combinaciones específicas para realizar movimientos avanzados. Por ejemplo, se pueden ejecutar saltos mucho más altos o largos mediante combinaciones específicas de habilidades, algo que no es evidente a simple vista y que requiere práctica y habilidad. Por ello, creemos que los jugadores que busquen un desafío mayor y una experiencia más compleja encontrarán en el modo individual de Donkey Kong Bananza un juego que cumplirá con sus expectativas.
Rompiendo con los plataformas 3D
Nuestra toma de contacto final con Donkey Kong Bananza es muy positiva. El juego presenta una propuesta original y ambiciosa que combina lo mejor de los juegos clásicos del personaje con ideas innovadoras y arriesgadas de los mejores juegos de Nintendo de los últimos años. Aunque aún nos queda mucho por explorar, lo visto hasta ahora nos ha dejado satisfechos. Estad atentos a nuestra conclusión final en el análisis completo de Donkey Kong Bananza, donde profundizaremos más en todos sus aspectos y os contaremos si finalmente cumple con las expectativas.