Análisis – Fire Emblem Warriors: Three Hopes (Nintendo Switch)
Volvemos a Fodlan para traeros el análisis de Fire Emblem Warriors: Three Hopes, un impresionante nuevo musou de Nintendo Switch.
Nintendo se ha agenciado una moda curiosa: expandir los universos de algunos de sus juegos populares mediante spin-offs del género musou. Para ello, tiene la mejor compañera que podría tener: Koei Tecmo, que vuelve a la carga con una reimaginación de Fire Emblem: Three Houses llamada Fire Emblem Warriors: Three Hopes, la cual ya hemos completado y os contamos qué nos ha parecido en nuestro análisis.
¿Qué pasaría si…?
Puede que la historia que nos planteó Fire Emblem: Three Houses fuera una de las más maduras, complejas y excelentes de toda la historia de Nintendo. No solo por cómo se tratan los acontecimientos del juego: también por el desarrollo de sus personajes y las múltiples rutas argumentales que el jugador puede tomar en función de sus decisiones.
Esta importantísima premisa ha sido llevada a Fire Emblem Warriors: Three Hopes, y al igual que ocurría en Three Houses, aquí tendremos que seleccionar una de las tres casas que existen en Garreg Mach para acompañar a sus protagonistas en la historia.
Creemos que Three Houses es uno de los juegos más tristes de Nintendo: muchos jugadores se quedaron extrañados al no existir un futuro “correcto” en la batalla de Fodlan. Todas las historias tenían sus cosas buenas y sus cosas malas, y ninguna ruta contaba una verdad absoluta. Three Hopes no es la cuarta posibilidad en esta historia o un “futuro mejor” para los protagonistas. Simplemente se trata de una nueva visión de qué habría pasado si el nuevo personaje, Shez, se hubiera interpuesto en el camino de Byleth, protagonista de la anterior entrega.
El hecho de sustituir a los personajes hace que la historia tome un camino muy diferente al que vimos en Three Houses: un mercenario se une a una de las tres casas de Garreg Mach, impidiendo que Byleth llegue a ser profesor y cambiando totalmente el curso de la historia.
Muchos de los personajes que vimos en Three Houses tienen un mayor protagonismo en Three Hopes, pudiendo conocerles más a fondo y dándonos una historia igual de memorable que las originales, aunque quizá un poco más alocada.
Si no habéis jugado antes Fire Emblem: Three Houses puede que no disfrutéis tanto Three Hopes: gran parte del argumento resulta más impactante si ya conocemos los acontecimientos del juego original, y puede perderse el efecto sorpresa. A pesar de esto, nos ha encantado la nueva historia y desarrollo que propone Three Hopes.
Fodlan sigue siendo Fodlan
El vaivén de estilos gráficos que Nintendo utiliza en sus juegos no deja exento a la última iteración de Fire Emblem, que marcó un estilo muy personal acercándose a la animación con un excelente mundo en tres dimensiones. Este cambio en la saga fue, sin quererlo, un movimiento perfecto para lo que se vendría en el futuro con la subsaga Warriors.
En Fire Emblem Warriors: Three Hopes volvemos al mundo de Fodlan que ya conocimos en Three Houses, y al igual que Koei Tecmo imitó a la perfección el estilo de Breath Of The Wild en Hyrule Warriors, en Three Hopes se imita el de Three Houses dejándolo calcado y pudiendo pasar perfectamente por el juego original.
Nos ha encantado que Three Houses no solo sea una inspiración para un musou, si no que además es la base para la creación de Three Hopes.
Todos los diseños de los personajes artísticos de los personajes se mantienen, aunque, tal y como ocurre con la propia historia, sus futuros serán diferentes a los que nos mostraron en Three Houses. Respecto a los nuevos diseños de los personajes hay opiniones de todos los tipos, pero apostamos a que muchos de ellos os encantarán tanto o más que los originales. No se ha perdido la esencia de lo que significaba este Fire Emblem, y es que se ha tratado con un respeto máximo también a nivel audiovisual.
No tiene el mejor funcionamiento que podíamos pedir, pero estamos acostumbrados a que los musou en Switch lleguen en este estado. Que no es del todo malo, pero es mejorable.
Técnicamente tenemos luces y sombras que hacen que haya algunos problemas. Como musou, su rendimiento es aceptable. Tras el análisis técnico, hemos visto que Fire Emblem Warriors: Three Hopes tiene como objetivo correr al mayor número de imágenes por segundo posible, con un frame rate desbloqueado que hace que baile entre los 25 y 40 fps.
No es el mejor funcionamiento que podíamos pedir a un juego de estas características, pero casi que estamos acostumbrados a que los musou en Nintendo Switch lleguen en este estado. Que no es del todo malo, pero es muy mejorable.
Siempre que Nintendo lleva uno de sus juegos al musou, la banda sonora se transforma en algo mucho más movido y con bastante buen gusto. Así, tendremos canciones como el tema principal de Three Houses, pero transformado en una enérgica canción rockera. Como suele ocurrir con estos trabajos de Koei Tecmo, nos parece todo un acierto.
Las voces de los personajes serán las mismas que en Three Houses, con una cantidad ingente de texto interpretado en inglés o japonés de forma magnífica.
La importancia de tus decisiones
Por si no conocíais antes el género musou, se trata de un subgénero específico de la acción en la que uno o pocos personajes luchan contra cientos de enemigos más débiles. El objetivo varía en función del juego, pero suele estar relacionado con ganar batallas de forma estratégica tomando distintos puntos del mapa.
No se trata directamente de un juego de estrategia, pero creemos que el género musou le viene que ni pintado a la saga Fire Emblem. Mientras que en el título original hay que mover unidad por unidad para atacar a los enemigos de forma automática, en este pasamos a tomar el control directamente de los personajes en el campo de batalla y controlar sus acciones individualmente, pero haciendo algo parecido a lo que hacemos en Fire Emblem.
En Three Hopes podremos ordenar a las unidades que se muevan por el campo de batalla de forma automática y hagan acciones como atacar o proteger. Mientras tanto, nosotros podremos tomar el control de otras unidades. Porque ya sabéis que el trabajo no se hace tan bien si no lo hace uno mismo.
Cada personaje tendrá unos tipos de ataque en función del arma que utilice, además de habilidades especiales que gastarán puntos de arma y que suelen ser más potentes y arrolladoras. También habrá ataques especiales y combos para hacer a los enemigos cuando muestren su punto débil, algo que ya ocurría en juegos como Hyrule Warriors.
Eso sí, se implementan algunos elementos de la serie Fire Emblem que nos han gustado, como la posibilidad de unir a dos personajes para potenciarlos. Esto viene bien si necesitamos mucha fuera en un sitio puntual, pero que hará que tengamos una unidad menos disponible para que cubra un flanco.
Se trata de un juego bastante estratégico a pesar de tener grandes dosis de acción. Creemos que esto es un punto positivo porque ayudará a los jugadores que les gusta Fire Emblem y que no estén familiarizados con los musou a adentrarse en el género.
Hay bastantes opciones de accesibilidad para poder facilitar la experiencia si el jugador lo desea: tradicionalmente en Fire Emblem, cuando una unidad muere ya no vuelve a aparecer en toda la partida. Esa opción existe en Fire Emblem Warriors: Three Hopes, aunque también es posible desactivarla y hacer más fácil la aventura.
También es posible jugar con un segundo jugador la historia principal. Esto es un añadido que nos parece imprescindible aunque repercute seriamente en el rendimiento.
El juego original tenía una enorme duración porque tenía tres rutas larguísimas y diferentes por las que llevar la historia del juego. En este es algo más escueto y una de las aventuras puede manteneros entretenidos durante más de 15 horas. El juego nos avisa cuando va a haber decisiones importantes que pueden cambiar el curso de los acontecimientos, para poder crear distintos puntos de guardado y así retomar la historia en el momento que queramos y tomar distintas decisiones. Eso sí, en este juego será más importante jugar cada una de las rutas: estas serán más diferentes y merecerá la pena conocer cada uno de los argumentos. Con todo, la duración total de Fire Emblem Warriors: Three Hopes puede superar las 60 horas.
Al pie del cañón en la guerra de Fire Emblem
Fire Emblem Warriors: Three Hopes pretende llevar todo el universo que Nintendo creó en Three Houses a un estilo musou, con la gestión y parte de la estrategia que caracteriza la serie. Podríamos ver Three Hopes como la “versión de acción” de Three Houses, ya que el planteamiento de su historia es similar, aunque nos cuenten tramas diferentes.
El punto más fuerte es el argumento, casi al nivel de los que vimos en Three Houses y que sirve de motivación para avanzar en una trama que, en ocasiones, se vuelve algo repetitiva. No por ser un musou, que puede esto a algunos ya les chirríe. Por su estética, nos deja la impresión de que hay poca variedad de escenarios, y esto es lo que nos lleva a la sensación de repetición.
A nivel técnico está a la par que el anterior juego de Fire Emblem Warriors: simplemente correcto y con los típicos problemas ya clásicos de los musou en Nintendo Switch.
Solo por su historia es un juego imprescindible para los fans de Fire Emblem: Three Houses, ya que profundiza en puntos muy interesantes y que aportan al argumento del juego original. Dentro de su propio género, y con los pequeños detalles de la saga, es un musou notable que añade puntos de RPG y estrategia con acierto.
Podéis descargar una versión de demostración de Fire Emblem Warriors: Three Hopes desde la eShop, y no os perdáis el resto de análisis en La Lista.
Análisis de Fire Emblem Warriors: Three Hopes para Nintendo Switch
Fire Emblem Warriors: Three Hopes
- El argumento está casi tan cuidado como el de Three Houses.
- Un completo musou con toques de Fire Emblem que encajan a la perfección.
- La vuelta de tuerca a la banda sonora nos ha encantado.
- Tres largas y entretenidas historias en un solo juego.
- Técnicamente es bastante irregular, tanto en portátil como en sobremesa.
- Le falta un punto diferenciador para que destaque entre otros musou.