Análisis – Monark (Nintendo Switch)
Om contaros en nuestro análisis acerca de Monark para Nintendo Switch, el nuevo juego de FuRyu… ¿Cumple con las expectativas?
El año pasado tuvo lugar en Japón el lanzamiento de Monark, y hoy, poco antes de su estreno en Occidente, os traemos su análisis en Nintendo Switch. El juego de FuRyu, que llega a nuestro país gracias a Bandai Namco, se ha vendido a sí mismo desde un principio como la nueva obra de parte del antiguo equipo de la serie Shin Megami Tensei. Por ese motivo, el listón estaba muy alto.
Así, nos hemos encontrado con una típica historia de rol japonés con tintes muy oscuros y buenas ideas. Sin embargo, ¿están bien ejecutadas? ¿El juego ha sobrevivido a las expectativas que teníamos de él? En nuestro análisis vamos a intentar despejar todas vuestras dudas sobre Monark en Nintendo Switch.
Entrando al Otherworld
Como suele ser usual en los juegos del estilo, la historia de Monark nos emplazará a encarnar a un estudiante cuyo nombre y apellido podremos definir nosotros. Luego de una breve presentación, se nos hará una serie de preguntas a modo de cuestionario que definirán cuáles serán nuestras estadísticas base. Una vez hecho eso, la historia comenzará a sucederse.
En esta ocasión, nos veremos trasladados a la Academia Shin Mikado: un centro escolar de secundaria que está aislado del mundo exterior por una misteriosa barrera impenetrable. Para mala suerte nuestra y de nuestros compañeros, nosotros estaremos encerrados dentro… Con peligros mortales que tendremos que sortear. Por una parte, una sustancia maligna llamada Mist (niebla) que será capaz de hacernos perder la cordura si permanecemos demasiado tiempo a su merced. Por la otra, llamadas telefónicas de naturaleza misteriosa que nos transportarán a un mundo oscuro denominado Otherworld.
Para poder acabar con el mal y resolver el entuerto en el que nos vemos envueltos, tendremos que unirnos a un peculiar consejo estudiantil como su vicepresidente para acabar contra los siete Pactbearers, personajes antagónicos que conspirarán contra nosotros haciendo uso de poderes demoniacos que, por suerte, también estarán a nuestro alcance.
Y es que con el fin de derrotar a estos poderosos enemigos, contaremos con la ayuda de los cuatro compañeros del consejo escolar y de un conejo negro de peluche llamado Vanitas, que nos ofrecerá el poder de la Autoridad de la Vanidad. Con ella, tendremos la fuerza suficiente para plantarle cara a los Pactbearers y a sus distintas Autoridades, todo para acabar con su influencia sobre lo que ocurre en el mundo de Monark.
Tendremos que unirnos a un peculiar consejo estudiantil como su vicepresidente para acabar contra los siete Pactbearers, personajes antagónicos que conspirarán contra nosotros haciendo uso de poderes demoniacos.
En líneas generales, la sensación que nos ha transmitido la historia del juego es que intenta continuamente ser profunda sin realmente serlo. Introduce elementos filosóficos, como el Ego, y hace uso de ellos de forma incesante como herramienta narrativa. Todo, para contar la típica historia que podemos encontrar en bastantes juegos de rol nipones, sin innovar demasiado ni aportar algo realmente distinto.
Además, por si os lo preguntáis, el título toma conceptos de Shin Megami Tensei (algo lógico, dado a quiénes están detrás del proyecto) como los demonios (llamados Daemons, siendo los Monarks los más fuertes de entre ellos, de ahí el título del juego), pero lo hace sin aportar nada realmente significativo tras el título. En resumidas cuentas, una historia al uso, que se esmera en ser oscura y grandilocuente, pero que no nos ha terminado de convencer, y mucho menos, marcar.
Lucha por la supervivencia
La jugabilidad que encontramos en Monark es la que podemos esperar en los juego de rol más típicos. Nuestras estadísticas llevarán por nombre los siete pecados capitales (un clásico) e irán variando a lo largo de la historia. El conjunto de ellas es a lo que el juego llamará nuestro Ego. Luego, tal y como ocurre en Shin Megami Tensei, podremos ir reclutando demonios para que se unan a nuestro equipo. Estos demonios aliados podremos personalizarlos de distintas formas, cambiando aspectos como su voz o su apariencia, o reforzando su Ego (sus atributos) a base de equiparlos con distintos objetos.
Los combates en el juego serán por turnos con desplazamiento libre. Podremos controlar hasta a seis unidades en combate, y acciones como atacar a los enemigos por la espalda harán que juguemos con ventaja. La sinergia entre nuestros personajes y los combos serán muy importantes para hacernos con las victorias de nuestros enfrentamientos.
Otro factor muy importante será el de saber emplear bien la mecánica de activación de nuestra Autoridad: hacerlo, aumentará de forma considerable nuestros atributos. No obstante, también ocasionará que nuestro nivel de locura aumente. Si nuestra barra de locura está al límite, atacaremos tanto a aliados como enemigos en un frenesí que nos saldrá muy caro. Por eso, los combates más difíciles tendrán que tener todo el rato presente el riesgo de nuestras acciones.
En cuanto al apartado audiovisual, no tenemos mucho que objetar. Aunque el juego no sea el más bonito de Nintendo Switch, el conjunto del título sabe dar la talla. En gran parte, gracias al apartado artístico, que ha corrido a cargo de so-bin, ilustrador que conoceréis por dar forma al universo de Overlord. Si hablamos del apartado sonoro, la música del juego, sin ser destacable (como ocurría en The Caligula Effect), sí que acompaña bien a la aventura.
Como punto positivo, el juego se encuentra doblado tanto al inglés como al japonés, así que podremos elegir entre ambos idiomas para las voces (aunque nosotros os recomendamos las originales). Eso sí, los textos estarán únicamente en inglés, lo usual en este tipo de producciones.
¿Un digno sucesor de Shin Megami Tensei?
A lo largo de nuestro análisis de Monark para Nintendo Switch habéis podido descubrir numerosos detalles acerca de qué esperar del título. Una historia que se empeña por ser oscura, pecando al final de ser algo de manida. Una jugabilidad clásica del género, que viene de la mano de horas y horas de granjeo de experiencia. Un apartado artístico a considerar, con una estética muy marcada. Todas esas afirmaciones son ciertas en Monark. Un juego que si bien apuntaba alto, se ha quedado en ser un buen entretenimiento para fans del género que puede que no case tanto con el público general.
Siendo de FuRyu, Monark nos ha parecido a la serie Shin Megami Tensei lo que The Caligula Effect es a la serie Persona: un juego decente, que se hace con varias ideas de la serie de la que se inspira, pero que carece de su mismo espíritu. Si os gustan los juegos del estilo y ya habéis exprimido al máximo otros títulos del catálogo como Shin Megami Tensei V, os recomendamos darle una oportunidad.
En cualquier caso, tenéis una versión de prueba del juego disponible en la eShop de Nintendo Switch para que vosotros mismos podáis haceros una idea de él. Ya se sabe, ¡una demo vale más que mil palabras! Al jugarla, os daréis cuenta al momento de si es o no el tipo de juego que esperáis. Nosotros, tras haber jugado la versión completa, lo tenemos claro: no es lo mejor del catálogo, pero sí que supone un juego bastante disfrutable para todo fan acérrimo de los JRPGs…
Si os ha gustado nuestro análisis de Monark para Nintendo Switch no olvidéis echar un vistazo a nuestra sección de La Lista con nuestro top de juegos de la consola.
Monark
- Otra golosina más para los más fans del JRPG.
- El sistema de combate está bien planteado.
- Apartado audiovisual bastante aceptable.
- Buenas ideas, pero podrían estar mejor ejecutadas.
- La historia carece de demasiado interés.
- Repetitivo en cuanto a jugabilidad.