Análisis – Eastward (Nintendo Switch)
Eastward es una de las grandes sorpresas indie en Nintendo Switch para este año, así que os contamos sus maravillas en nuestro análisis.
Después de varias semanas y tras más de veinte horas de juego, aquí os traemos el análisis de Eastward. Un juego que, después de lucir de forma muy prometedora, tras terminarlo se ha consagrado como una de las joyas del año en Nintendo Switch. Los chicos de Chucklefish no suelen fallar a la hora de elegir a qué estudios apoyar, y esta vez han dado de lleno con Pixpil. Un pequeño equipo independiente de origen chino que ha sido el artífice del juego que hoy nos ocupa: uno que bebe sin temor de series como Earthbound o The Legend of Zelda, contándonos una bonita historia con un apartado visual de lo más bello. ¿Queréis adentraros en las profundidades junto a nosotros? ¡Pues seguid leyendo nuestro análisis para descubrir el mundo de Eastward! |
El comienzo de una aventura de gran profundidad
Empecemos hablando de la historia del juego. Eastward nos traslada a un mundo situado en un futuro donde la sociedad tuvo que enfrentarse a un mal que la llevó al borde del colapso. En concreto, un día, una sustancia de origen desconocido volvió tóxico el aire en el mundo exterior. Esto ocasionó que los supervivientes se enclaustraran a vivir en los subsuelos, forjando nuevas generaciones acostumbradas a vivir sin ver el cielo, o sin tan siquiera saber cómo luce en realidad.
En este contexto nos encontramos con nuestro protagonista, John, un experto minero que tras toparse con Sam, una misteriosa joven con poderes a la que adopta como suya, decide romper con los estándares de su sociedad. Ambos deciden formar equipo para ir al mundo exterior, descubrir la naturaleza de los poderes de Sam y, por si fuera poco, desentrañar el misterio tras la sustancia que hizo que la humanidad quedase de capa caída. Obviamente, no será tarea fácil, pero para ello contarán con un monorraíl de lo más chulo y una sed insaciable de aventuras.
Nuestro protagonista, John, es un experto minero que tras toparse con Sam, una misteriosa joven con poderes a la que adopta como suya, decide romper con los estándares de su sociedad.
Lo cierto es que los diálogos de Eastward son uno de sus puntos fuertes. El juego está lleno de chascarrillos con un sentido del humor muy ameno. A eso le debemos sumar un elenco de personajes de lo más variado y excéntrico. En ese sentido, el juego bebe mucho de series como Earthbound o Undertale, siendo un título que los fans de estos títulos tienen muchas papeletas para disfrutar.
Sin embargo, no todo es bueno. La historia del juego deja tras de sí muchas incógnitas que no se terminan de resolver, y su historia se complica a veces más de lo que debería, pudiendo resultar confusa. A eso, hemos de sumarle la ausencia de una localización al castellano que limita su atractivo para muchos jugadores de habla hispana. Es inaudito que un título de estas características no haya sido traído en las condiciones que se merece, pero a fin de cuentas, su versión en inglés cumple con creces.
Lo que esconde un mundo subterráneo
La jugabilidad de Eastward nos recuerda bastante a la de los primeros The Legend of Zelda que todos conocéis. Una buena dosis de exploración y una serie de mazmorras donde encontrar feroces enemigos y resolver puzles. En el juego controlaremos principalmente a John, que tendrá como arma principal una sartén con la que hacer daño cuerpo a cuerpo a los enemigos. Sin embargo, a lo largo de la aventura iremos obteniendo otras armas, como un potente lanzallamas. Como antes os comentamos, también podremos controlar a Sam, cuyos poderes nos servirán para salir de alguna que otra situación peliaguda, siendo el comodín para resolver puzles bastante interesantes.
La verdadera brillantez de Eastward sale a relucir en detalles dentro del juego que enriquecen su conjunto. Por ejemplo, podremos recolectar ingredientes de distintas localizaciones para cocinar platos que suban nuestros atributos. O, por otra parte, podremos visitar una máquina arcade para poder disfrutar de Earth Born, un JRPG jugable de principio a fin. Toda una parodia de Dragon Quest con su propia colección de figuritas, ¡y con manual y todo!
Puede que Eastward no tenga la jugabilidad más original del mundo, o que en ciertos tramos pueda pecar de ser algo repetitivo, pero la sensación de exploración que nos envuelve cada vez que vamos a una nueva localización en nuestro monorraíl es inmensa. Un juego tratado con tanto mimo y con tantos detalles en su interior es digno de aplauso.
La belleza tras los píxeles
Tal vez, el gran punto fuerte de Eastward es su apartado audiovisual. Por una parte, encontraremos paisajes bellos labrados con pixel art que se sienten vivos. Por la otra, el diseño de personajes es fantástico y variado, con aires muy caricaturescos. Si tuviéramos que compararlo de alguna forma, nos ha recordado bastante al estilo que también presentan juegos como Octopath Traveler o el próximo Triangle Strategy, salvando las distancias.
Eastward también cuenta con alguna que otra escena animada, como las que podéis ver en sus tráilers, y que sirve de introducción al juego. En general, todos los elementos visuales del título están bien hechos y ayudan a transmitir su historia de forma excepcional. Es un juego muy creativo.
En Eastward encontraremos paisajes bellos labrados con pixel art que se sienten vivos, así como un diseño de personajes fantástico y variado, con aires muy caricaturescos.
El apartado sonoro tampoco se queda atrás. La banda sonora del juego es entrañable y está bien labrada, sabiendo ambientar adecuadamente cada situación. Como puede resultar evidente, el juego no cuenta con doblaje. No obstante, tampoco lo necesita para saber marcar la atmósfera adecuada.
Por último, refiriéndonos al apartado técnico, tampoco se puede decir que haya sorpresas. El juego corre fluido en todo momento, sin bajadas de fotogramas ni ningún problema que hayamos encontrado en nuestras partidas. A fin de cuentas, es un juego poco exigente, pero no deja de ser algo digno de destacar.
Un viaje al exterior: conclusión del análisis de Eastward
En nuestro análisis de Eastward, os hemos dado pinceladas a distintos aspectos del juego. Desde uno de sus puntos más flacos, como puede ser el desarrollo de su narrativa, hasta los más potentes, como es su apartado audiovisual. Así, dista mucho de ser un juego perfecto, pero sí que es de sobra resultón y más que disfrutable, sobre todo para los amantes del género que disfrutan de las obras de las que el título bebe.
Como sabréis si habéis leído con atención el análisis, este se trata del primer trabajo del estudio que lo desarrolla. Por eso, no es de extrañar que los flecos que han quedado por cortar se deban al hecho de que sean primerizos. No obstante, teniendo eso en cuenta, con Eastward han logrado conseguir una obra bastante cautivadora.
Por ese motivo, si tenéis buen nivel de inglés, os gusta este estilo de juego y os atrae su apartado artístico, Eastward es una opción más que segura para divertiros. Con una longitud de casi 30 horas (que puede variar en dependencia de cada jugador) y un precio de 24,99 euros, es de los mejores indie que podéis encontrar actualmente en la Nintendo eShop. Si le dais una oportunidad, tal vez os cautive.
Si os ha gustado el análisis de Eastward para Nintendo Switch, os recordamos que podéis ver el top completo de la consola en La Lista.
Análisis – Eastward (Nintendo Switch)
- Audiovisualmente es delicioso.
- Muchos extras muy bien cuidados.
- Personajes carismáticos y diálogos divertidos.
- Su ritmo a veces peca de irregular.
- La historia podría estar mejor resuelta.