Análisis – Death’s Door (Nintendo Switch)
Os traemos el análisis de Death’s Door, una obra que, Zelda y Souls mediante, nos invita a recuperar el ciclo de la vida y la muerte.
Death’s Door es un juego único en Nintendo Switch. Acid Nerve, la desarrolladora tras este título, ha conseguido doctorarse con una obra que demuestra que estamos en la línea temporal correcta. Cuando los Zelda clásicos, por alguna fortuna del destino, coinciden en tiempo y espacio con la fórmula Souls, el resultado es el juego que hoy nos atañe. Con Titan Souls, el anterior título del estudio, Acid Nerve demostró que eran un diamante en bruto con muchos aspectos por pulir. Hoy, con Death’s Door ya disponible en Nintendo Switch, el estudio ha demostrado que son capaces de crear un juego que le sienta a la híbrida como un guante, y os contamos qué nos ha parecido en nuestro análisis.
El dilema de las puertas de la muerte
Somos un pequeño cuervo que, como parte de su trabajo de segador, comienza la rutina de un día que cambiará el destino para siempre. Con esa premisa da comienzo la nueva obra de Acid Nerve, un juego aparentemente sencillo que está lleno de subcapas con profundas dobles intenciones. Nuestra misión principal es acabar con las almas que se nos encomiendan, el día a día de los segadores de este universo. Sin embargo, cuando el bucle eterno que une la vida y la muerte se corrompe, lo que apuntaba a ser otro día en la oficina termina convirtiéndose en un acontecimiento histórico.
La premisa de Death’s Door, aún sin ser muy original, es bastante compleja. Cuando a un segador se le asigna un alma, este debe cumplir su cometido para no sufrir las consecuencias, que no son otras que envejecer sin descanso hasta que realicen su tarea. Esta paradoja es el mayor miedo de los segadores, razón por la que se nos advierte en numerosas ocasiones a lo largo de la aventura. Por desgracia, no tardaremos mucho en presenciar las consecuencias de un pacto que, a la postre, es el eje central del argumento.
Tras cumplir nuestra primera misión, el alma del monstruo que debemos purgar desaparece después de sufrir un ataque. Para descubrir qué ha pasado, tendremos que explorar el primer bioma del juego hasta toparnos con el causante de esta nueva paradoja temporal. En él encontraremos a un cuervo anciano fruto de no haber podido cumplir su misión. Tras explicarnos que robó el alma para intentar abrir la puerta de la muerte, nos encomienda la difícil misión de intentar acceder a esta para recuperar el ciclo normal de la vida.
Cómo sacarle el máximo partido a Nintendo Switch
Death’s Door tiene una atmósfera única. El título de Acid Nerve evoluciona lo visto en Titan Souls, su primer proyecto, y apuesta por una vista cenital que le sienta de lujo. Esta perspectiva, sumada a la elección de unos colores que van acorde al argumento, dotan al juego de una ambientación muy característica. Con la muerte como eje principal de la trama, es lógico que hayan apostado por el uso de blancos, negros y grises. Aún así, el estudio apuesta por otros colores que, pese a ser más vistosos (rosa, amarillo o verde, por ejemplo), no abandonan esa capa apagada que tiñe a un título que no esconde sus referencias.
Es imposible hablar de Death’s Door sin mencionar a la gran saga que les ha servido como inspiración. El aroma a los Zelda clásicos se siente tanto en el diseño de personajes como en la perspectiva jugable. Aunque Link’s Awakening y A Link to the Past se llevan la palma, sobre todo por la oscura historia del primero, lo cierto es que la inspiración es palpable hasta en los combates contra los jefes finales. De hecho, el diseño de alguno de estos, como puede ser el de la Abuela, también recuerda a algunas obras de Studio Ghibli. Sin duda, el equipo ha elegido un buen espejo en el que mirarse.
A nivel sonoro, por desgracia, se encuentran los primeros ‘peros’ de un juego que puede presumir de disimular muy bien sus costuras. En este aspecto es imposible esconder que el presupuesto es el que es. Pese a contar con temas que ambientan bien lo que tenemos en pantalla, ninguna melodía de Death’s Door resonará en nuestra cabeza una vez dejemos de jugar. Aún sin ser genéricas, ya que tienen personalidad y son capaces de hacernos partícipes de lo que estamos viviendo, a Acid Nerve le faltó ese plus de personalidad que hicieran de este aspecto, igual que en el visual, algo único.
Sin embargo, en lo que a rendimiento se refiere, estamos ante una obra impecable. En más de 10 horas de partida, puedo contar con menos de la mitad de los dedos de una mano las veces que el juego ha sufrido un tirón, con un rendimiento objetivo situado en las 30 imágenes por segundo. En un título donde reaccionar es importantísimo, la desarrolladora ha cumplido con creces su misión. No es la aventura más ambiciosa a nivel técnico del sistema, ni le hace falta, pero aprueba con creces cada tarea que se auto-asigna. Y eso, en un juego en el que ser rápido es lo que te separa de la derrota, es un punto a favor muy importante.
Con un poco de Zelda y una pizca de Souls
Las referencias a Zelda no se limitan a lo estético. La obra de Acid Nerve es una apuesta llena de acción que no te permitirá perder la concentración ni un instante. Gracias a su vista cenital, podemos usar a nuestro favor el diseño de niveles para confeccionar nuestra ruta. Porque, aunque todos los caminos lleven a Roma, tomar según qué desvíos pueden provocar que descubrir un secreto acabe con nuestra partida.
Cuando empezamos la aventura, nuestro pequeño cuervo es un segador con pocos recursos para la exploración. A medida que avancemos, descubriremos herramientas muy útiles que, además de enriquecer la experiencia, nos otorgarán una mayor variedad a nuestro arsenal. Death’s Door no es un título ambicioso lleno de recursos, sin embargo sabe jugar sus cartas y cuenta con una curva de aprendizaje que, en resumidas cuentas, es perfecta. De hecho, consigue enseñarnos nuevos aspectos incluso al final de la aventura sin caer en la trampa del exceso de tutoriales. La fórmula es muy intuitiva, hecho que (presumiblemente) se lo debe a estar influenciado por los Zelda y los Souls.
En lo que a la saga de Nintendo se refiere, podemos hacer alusión al sistema de redescubrir escenarios con nuevas herramientas. Gracias a esta posibilidad, Death’s Door consigue sorprenderte constantemente. Los tres escenarios del juego no podrán explorarse por completo hasta antes de la última batalla, razón por la que, una vez nos hagamos con un nuevo poder, volveremos a recorrer cada recoveco de los biomas. Y, de forma sorprendente, consiguen que volver sobre tus pasos no sea tedioso.
El combate es, a todas luces, un heredero directo de la fórmula Souls. El recientemente nombrado mejor juego de la historia ha influenciado a numerosas obras de la industria durante la última década. Entre ellas, se encuentra el último trabajo de Acid Nerve. Aún con poca variedad en las armas, el uso de estas y nuestra forma de adaptarnos a las mismas será crucial para cumplir nuestra misión. Además, para defendernos de los ataques de nuestros enemigos tendremos que rodar en el momento exacto. Y, a estas alturas, todos sabemos que no hay nada más Souls que rodar cuando hay peligro cerca.
El uso de magias, que iremos potenciando a medida que avancemos en la historia, tiene un sistema tan complejo como divertido. Ser agresivo en Death’s Door se nos recompensará con la posibilidad de utilizar el arco o algunas de las magias del título. Como en la obra de Acid Nerve no existen el maná ni los PM, para poder hacer uso de las flechas o nuestro poder mágico tendremos que interactuar con los enemigos o el entorno. Cada punto de daño se traduce en un punto de magia a nuestro favor. No es algo original ni es la primera vez que lo vemos, pero es una apuesta que encaja a la perfección en la premisa de un título que, por encima de todas las cosas, es divertido hasta decir basta.
Es difícil conseguir que una fórmula en la que la dificultad vaya de la mano con la diversión. Death’s Door, por suerte, puede presumir de ello. Acid Nerve, que ya demostraron con Titan Souls, han alcanzado la madurez con este juego gracias a abogar por un desafío justo que premie a quién se sumerja en él. De primeras, si esperas que esta propuesta te convenza poco a poco sin prestarle mucha atención, es posible que no termines de casar con ella. Sin embargo, si te adentras en sus posibilidades y le dedicas el tiempo suficiente, aquí tienes un juego que te mantendrá pegado a los mandos más de una decena de horas. Y eso, teniendo en cuenta que su nivel tanto en diversión como en dificultad es ascendente, es digno de valorar.
Su pecado: una aventura de un solo uso
Si eres de los míos, de ese grupo que explora cada rincón y no deja títere con cabeza, Death’s Door es un regalo envenenado. Teniendo en cuenta la dimensión y las posibilidades del estudio, es lógico que sea una propuesta que, una vez explorada al máximo, tenga poco más que ofrecer. Sin embargo, gracias a esa premisa, estamos ante un caramelo para la comunidad de speedruners o los aficionados a los no-hit. Si queréis un reto, aunque sea uno externo a la idea original del estudio, la obra de Acid Nerve es un buen candidato a causaros más de un quebradero de cabeza.
Por último, es importante hablar del funcionamiento del juego tanto en sobremesa como en portátil. Por su estructura, concepción y premisa, además de por su apuesta visual y sus posibilidades técnicas, es perfecto para disfrutarse fuera del dock. Aunque en la televisión luce espectacular y no alberga fallos de rendimiento, este es uno de esos juegos nacidos para jugarse en portátil. De hecho, como señalé con anterioridad, los errores técnicos son tan escasos que, en mi caso, únicamente aparecieron en dos ocasiones. Si tenéis la posibilidad, sin duda, disfrutaréis jugándolo sin estar conectados al televisor.
El destino de los segadores está en tus manos
Y nunca mejor dicho. Death’s Door ha aterrizado en Nintendo Switch, como hemos visto a lo largo de este análisis, sin hacer mucho ruido. Desde el fondo de la clase, la obra de Acid Nerve se ha erigido como una de las sorpresas más bonitas de este final de año. Gracias a su premisa, su atmósfera y sus posibilidades jugables, este título es uno de esos “predestinados” a funcionar a la perfección en la híbrida. Si existe un público que agradecerá esta aventura, por suerte, se encuentra en el grueso de usuarios de Nintendo Switch.
Como con Voice of Cards, Eastward o cualquier Spelunky, Death’s Door forma parte de ese grupo de indies que solo suman valor a la consola. El título de Acid Nerve es la demostración de una idea, la prueba del momento dulce que vive una vertiente, la independiente, que Nintendo apoya desde hace más de un lustro. Por suerte, la odisea del pequeño cuervo es otro punto a favor de esos juegos más humildes que nos recuerdan porqué nos gusta esta industria.
Si os ha gustado este análisis de Death’s Door para Nintendo Switch no os perdáis el resto de análisis en La Lista.
Death’s Door
- Atmósfera y ambientación únicas
- Mucho humor y un trasfondo ético importante
- Jugabilidad y diseño de niveles excelso
- Es tan divertido como desafiante
- La música aprueba raspado
- Nulas opciones tras terminar el juego